lunes, 3 de diciembre de 2012

REinVOLUCIÓN

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Hace uno o dos días llegó a mis ojos esta foto. Que ya fue vista, comentada, compartida, parodiada, repudiada, festejada incontables veces por incontables personas. 


Más allá de cualquier lectura facilista que se puede hacer sobre el marketing duránbarbiano y el recurso de "hoy su cara está en todas las remeras" y querer con eso convertir a un personaje tan nocivo para la política como Mauricio Macri en un protorevolucionario referente de la juventud, no puedo evitar hacer un paralelismo entre lo que la imagen transmite y ciertas cuestiones particulares. 

El Che Guevara, el de la gorra con la estrella estencileado hasta el cansancio y levantado como bandera por cuanto joven (y no tan joven) con sangre caliente y ganas aunque sea festivaleras de cambiar el estado de las cosas, se referencia directamente a aquel precoz comandante que se fue a hacer la Revolución y nunca más volvió (bueno, estuvo de paso). 

Podríamos enumerar sin repetir y sin soplar más de una de sus hazañas, y cómo podríamos negar que en un fogón trasnochado desafinamos cómo aprendimos a quererlo y cuan entrañable era la transparencia de su querida presencia. 

Revisemos, entonces, brevemente, alguno de los principios fundamentales de esa bandera que hoy conocemos como El Che, aplicables al tema en cuestión, en sus propias palabras:
  • "Si no existe la organización, las ideas, después del primer momento de impulso, van perdiendo eficacia"
  • "La arcilla fundamental de nuestra obra es la juventud, en ella depositamos nuestra esperanza y la preparamos para tomar de nuestras manos la bandera."
  • "Pero la juventud tiene que crear. Una juventud que no crea es una anomalía realmente."
  • "El aspecto fundamental en el cual la juventud debe señalar el camino es precisamente en el aspecto de ser vanguardia en cada uno de los trabajos que le compete."
Ahora bien, regresemos a la foto. Mirémosla con detenimiento. Pensemos en las palabras del Che y hagamos el ejercicio de ver si alguna de ellas aplica a lo que estamos viendo. 

Esta juventud que nos muestra la foto, prolija, delgada, bronceada, con todos los dientes brillantes, bien peinada, con remera estampada al por mayor,  no me suena a organizada (y sin duda no son Unidos, Organizados y Solidarios), ni a arcilla de nada, ni a creativos, y mucho menos a ser vanguardistas. 

Basta observar que la máxima vanguardia que pudieron alcanzar fue un recurso de ícono pop reiterado hasta el hartazgo por cuanta campaña comercial que haya querido apuntar a un público joven ABC1 con ínfulas de ser mejor que los demás para hacer las cosas.

Campañas de Mercedes Benz, Renault, Greenpeace, entre otras, han hecho uso del recurso de la famosa foto de Alberto Korda, para, sí señores, vendernos algo, que no es precisamente la Revolución. Como Macri, que quiere vendernos algo que ya conocemos y tampoco es la Revolución. 

Sin embargo, hay algo de estos chicos que sí tiene que ver con la remera. Y es que probablemente estén más cerca de referenciarse con quien ellos creen sería alguien digno de idolatrar (como Mauricio) y más parecido a ellos. 

No sería, claramente, un guerrillero foquista que llevó el asco del Comunismo por Latinoamérica y el Congo. No sería, tampoco, un tipo que creía que en la revolución "se triunfa o se muere", porque ellos no creen en eso. 

Entonces? Pues quién más que el mismísimo Ernesto Guevara Lynch de la Serna, que con sus muchos apellidos y su lugar acomodado podía dedicarse a pasear y ser un chico bien. Como ellos. 

Hasta la Victoria, Beckham. 


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